top of page
Buscar

Memorias de una Mujer Colombiana

  • Foto del escritor: Maria José Bossio
    Maria José Bossio
  • 18 mar
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 20 mar

Esta crónica se escribe en el marco del 8M, y pretende contar la historia de una mujer de 79 años, cuyo nombre queda en el anonimato, y cuya historia es ejemplo de resiliencia y resistencia. 


La Colombia del 1956 era violenta y represiva. En el campo nos acostumbramos a eso rápido. Yo tenía 11 años, pero era consciente de lo que ocurría, porque pasaba con la oreja pegada a la radio. Eso era lo único que me conectaba con el mundo que había fuera de acá. 


Normalmente no sentía nada, me decía a mí misma que estaba muerta por dentro, que nunca me iría de allí. 


Eso mismo pensaba Loreta, mi madre, y ella nunca salió. Se murió aquí, en su cama, con 38 años, dejando a 17 carajitos; Desde entonces siento que el tiempo en mi vida no pasa.

Yo no sé a qué edad ella comenzó a parir, pero debía tener como 13 años más o menos; al fin y al cabo, para eso nacíamos las mujeres, ella no fue la primera y tampoco la última.


Yo no dependía de ella, porque desde pequeña había aprendido a hacer todo por mí misma. Eso a diferencia de mis hermanos, que les había tocado aprender a trabajar en el campo, y después a coger armas para defenderse de los grupos que andaban por ahí; aun así, apenas ella se fue todo se puso peor. 


Quedamos al cargo de mi papá, él tenía varios terrenos acá en Granada, pero yo a él nunca lo quise, tampoco creo que él a mí, igual eso nunca me quitó el sueño. 


Las cosas empezaron a ponerse peor, estábamos en plena guerra entre liberales y conservadores. No había tranquilidad dentro de tu propia casa. Tengo la leve sospecha de que mis hermanos pasaron a hacer parte de los conservadores, porque un día comencé a bordar un mantel para la mesa, tardé dos semanas en terminarlo, y cuando llegó uno de mis hermanos tomó una navaja e iba deshilando el borde del mantel porque era de color rojo. 

El tiempo pasó y ya no lo soportaba más, si me pusiera a detallar cada horrible suceso que vivimos mis hermanas y yo, nunca terminaría.  


El momento decisivo para irme de ahí con ellas fue cuando comenzó a hacerse costumbre la visita de un amigo de mi papá...pasaba como perro por su casa y entraba a los cuartos donde mis hermanas estaban dormidas. Nunca supe cómo enfrentarlos, así que me puse de pie, tomé nuestras cosas y nos fuimos, intentaba evitarles una vida dolorosa. 


Decidí ir a la ciudad, caminamos muchas horas, luego íbamos en burro y así hasta llegar. A ellas las dejé en un internado, donde recibirían alimento y educación. Yo me fui a trabajar. Era difícil conseguir trabajo con 16 años, pero empecé en casas de familia, a eso me dediqué por muchos años, y así pagaba la cuota mensual de mis hermanas.  


Con el paso del tiempo crecimos. Ellas tuvieron una carrera superior y trabajaron, se casaron y aún viven en la ciudad, lograron tener una gran calidad de vida, y eso me llena el alma. 


Por mi parte, conocí a un hombre, y dejé mi vida en Medellín. Me vine al otro lado del país a comenzar de nuevo, pero realmente todo siguió igual. Tuve a mis hijas (todas mujeres), seguí trabajando en casas de familias y mi esposo nunca me respetó. Hace poco me enteré de que nuestro vecino siempre acosó a mis hijas, que las observaba por los calados de la casa cuando se bañaban o se vestían. ¿Hay algo que le rompa más el alma a una madre?

Ninguna está exenta, y como he escuchado decir: “no todos los hombres, pero siempre un hombre”. 


Esta es mi historia, sí, pero es el común denominador de una mujer en Colombia. A nosotras en este país nos marca la violencia, la desigualdad; pero también la resistencia. Yo creo que si me tocara definir a las mujeres en una palabra diría que son unas berracas.  Y sí, son palabras bonitas, somos fuertes, pero nos ha tocado serlo, todavía no somos totalmente libres. Yo casi no pienso en mí, sino en mis hijas, en mis nietas, en todas las veces que han sentido miedo, y yo desearía que no ocurriera nunca más; tampoco sé qué es el feminismo, ni cómo surgió, pero ver su autonomía y sus ideas me llena de orgullo. Hubiese querido ser más valiente. 


Las veces que he estado a punto de morir me han salvado mujeres, y aunque mis actos nunca me han hecho sentirme una heroína, espero haber siempre sido el refugio de otra mujer, y seguirlo siendo hasta que me apague. 


 
 
 

1件のコメント

5つ星のうち0と評価されています。
まだ評価がありません

評価を追加
ゲスト
3月18日

Me rompió el corazón

いいね!
bottom of page